Morsicatio Buccarum: como evitar morderse las mejillas

La Morsicatio Buccarum es un hábito bucal frecuente que consiste en morderse de forma repetitiva la parte interior de las mejillas. Muchas personas lo hacen de manera inconsciente, especialmente en situaciones de nervios, estrés o aburrimiento.

Aunque al principio puede parecer un gesto inofensivo, con el tiempo puede provocar lesiones visibles en la mucosa oral, molestias y problemas de salud bucal.

Reconocer este hábito es el primer paso para buscar soluciones y evitar daños a largo plazo.

Por eso, desde Clínica Dental Salvador García, te explicamos cuáles son las causas principales, sus consecuencias y los tratamientos para evitarlo.

Cómo se manifiesta este hábito

El mordisqueo interno de las mejillas se manifiesta de diferentes formas:

  • Aparición de lesiones blanquecinas o rugosas en la zona mordida.
  • Irritación o dolor leve al rozar con los dientes.
  • Heridas repetitivas que tardan en cicatrizar.
  • En algunos casos, callosidades en la mucosa bucal.

La mayoría de los pacientes no son conscientes de que lo hacen hasta que un dentista detecta los signos durante una revisión.

Causas principales de la Morsicatio Buccarum

Existen diversas causas que explican por qué algunas personas desarrollan este hábito:

  1. Estrés y ansiedad: morderse las mejillas puede actuar como una vía de liberación de tensión.
  2. Mala alineación dental: los dientes desajustados favorecen el roce y la mordedura involuntaria.
  3. Hábitos nerviosos o compulsivos: similares a morderse las uñas.
  4. Aburrimiento o distracción: muchas veces ocurre de manera inconsciente.
  5. Trastornos relacionados: como el bruxismo o algunos desórdenes obsesivos.

Identificar la causa concreta es clave para aplicar el tratamiento más adecuado.

Consecuencias de morderse las mejillas

Aunque pueda parecer un simple hábito, la Morsicatio Buccarum puede tener consecuencias negativas para la salud bucal:

  • Lesiones crónicas que pueden confundirse con otras enfermedades.
  • Molestias al comer o al hablar.
  • Riesgo de infecciones en la mucosa dañada.
  • Alteraciones estéticas por la aparición de manchas blanquecinas.
  • Dificultad para cicatrizar debido a la mordedura repetida.

Si no se corrige a tiempo, el problema puede hacerse crónico y más difícil de controlar.

Cómo evitar morderse las mejillas

Romper este hábito no siempre es sencillo, pero existen varias estrategias que pueden ayudar:

  • Ser consciente del hábito: detectar en qué momentos se produce (estrés, concentración, aburrimiento).
  • Gestionar el estrés con técnicas de relajación, deporte o meditación.
  • Corregir problemas dentales como el mal alineamiento con ortodoncia.
  • Usar férulas de descarga en casos de bruxismo o mordisqueo nocturno.
  • Sustituir el hábito por otros más saludables, como masticar chicle sin azúcar.

En algunos casos, si el hábito es muy compulsivo, puede ser recomendable apoyo psicológico o terapias conductuales.

Tratamiento odontológico

Cuando las lesiones son frecuentes o visibles, es importante acudir a un dentista. El especialista puede:

  • Evaluar la gravedad de las lesiones.
  • Descartar enfermedades orales con síntomas similares.
  • Recomendar férulas protectoras para evitar el contacto directo con la mucosa.
  • Ofrecer soluciones ortodónticas si el origen es una mala mordida.

Un diagnóstico profesional es fundamental para diferenciar la Morsicatio Buccarum de otras patologías bucales y aplicar el tratamiento más adecuado.

Cuándo acudir al dentista

No siempre es fácil saber cuándo el hábito se convierte en un problema. Se recomienda consultar con un dentista si:

  • Las lesiones no cicatrizan en más de dos semanas.
  • Existe dolor constante o inflamación.
  • Aparecen manchas de color oscuro o cambios en la mucosa.
  • El hábito interfiere con la vida diaria.

Un especialista puede determinar si se trata de Morsicatio Buccarum o de otro problema de salud bucal más serio.

En definitiva, la Morsicatio Buccarum es un hábito más común de lo que parece. Aunque al inicio no suele generar complicaciones graves, con el tiempo puede provocar molestias, lesiones crónicas e incluso afectar la estética de la sonrisa.

La clave está en identificar el hábito, buscar la causa y aplicar estrategias para evitarlo. Tanto la ayuda odontológica como la gestión del estrés resultan fundamentales.

En Clínica Salvador García contamos con profesionales especializados en salud bucal que pueden ayudarte a dejar este hábito y a recuperar el bienestar de tu boca. Pide tu cita en la clínica y uno de nuestros dentistas expertos te atenderá.